Por su parte, vemos con preocupación que ese enorme esfuerzo que realizamos no se encuentra debidamente reconocido. Salarios insuficientes, una sobrecarga laboral que no para de crecer y las pésimas condiciones de nuestros lugares de trabajo dan cuenta de ello.
A lo largo de la historia, también aprendimos que ese reconocimiento y las transformaciones que necesita el Poder Judicial no van a llegar solas como por arte de magia. Ello será posible en cuanto seamos capaces de fortalecer nuestra capacidad de reclamo colectivo y también de propuesta. Sin un gremio que logre imponer condiciones, nuestro empleador sólo reconocerá los pocos derechos que desee o le convenga conceder.
Porque entendemos que la salida para conservar nuestros derechos y pelear por los que nos faltan es siempre colectiva, convocamos a las y los judiciales -activos y jubilados- a seguir apostando a la construcción de un sindicato fuerte, plural, con el eje puesto en el protagonismo y la participación de las y los afiliados.
¡Feliz día judiciales!